miércoles, 4 de marzo de 2009

www.music4girls.com


E:
Después de dos años de bonita convivencia en blogspot, y como cualquier pareja que se precie, hemos dado un salto en nuestra relación y nos hemos mudado a una casa más grande.


R: Lo que viene a significar que, a partir de ahora, tendremos más espacio para tirarnos los trastos a la cabeza. Para comprobarlo...

miércoles, 25 de febrero de 2009

discos4girls. Bat for Lashes - Two Suns


R: Empieza a sonar Glass, el primer tema de Two Suns, y tu cabeza se transporta inevitablemente hacia varios lugares. A la vez. Para empezar, la canción suena como el brillo depredador y opaco del ojo de un halcón sobrevolando un paisaje acañonado y desértico. Sí, suena a indio; con esas percusiones que parecen salidas de un canto de guerra ancestral y la emoción agridulce, de orgullo y derrota, que envuelve la composición con la calidez justa. Otro paraje al que te transporta el principio del álbum es, sin duda, a los ochenta, cuando voces privilegiadas como la de Kate Bush o Liz Fraser se podían permitir excesos operísticos y extravagantes en sus canciones. El segundo tema del disco, Sleep alone, ratifica esta impresión: lo nuevo de Bat for Lashes se va alejando, poquito a poco, del indie contemporáneo y tira hacia atrás, sin ninguna vergüenza, hacia allá donde se forjaron leyendas femeninas como las mencionadas o la de Ricky Lee Jones. Y a fe que si ahora mismo me preguntaran por la diva indie absoluta de este momento con posibilidad de ser recordada por futuras generaciones no tardaría ni dos segundos a sacar a colación el nombre de Natasha Khan.

E: Si con su primer disco la banda de Natasha Khan nos dejaba con la boca abierta y el corazón encogido (recordemos que fue el número uno de nuestra lista de albumes en 2007), con el segundo se instala definitivamente en todos y cada uno de nuestros poros con la declarada intención de no dejarnos nunca. Lejos de repetir la fórmula (absolutamente efectiva, por otro lado), en Two Suns experimentan con nuevos sonidos y nuevas atmósferas, dando importancia absoluta al leit motiv de las músicas tribales y el folk indígena. Con Glass despiertan nuestra atencion y nos desplazan a las grietas del Gran Cañón. Con la temática de la dualidad presente en todos los temas (para este disco Natasha se ha inventado incluso un alter ego), Bat For Lashes se transforman en chamanes en estado de trance contagioso que cantan mucho sobre el amor. Daniel es una balada preciosista sencilla y emocionante. En Pearl´s Dream abandonan el rollo tribal para abrazar fuertemente los arreglos electrónicos e incluso se permiten el lujo de jugar con un coro gospel en Piece of Mind. Las atmosferas de Two Suns son luminosas, cálidas y vitalistas y sorprende los múltiples tratamientos de la voz de Natasha que crece y madura con cada tema que escuchamos. Lejos quedan ya los tiempos en los que se la comparaba con Björk y otras divas; con Two Suns, Bat For Lashes demuestran que son un grupo con una poderosa identidad propia y una capacidad alucinante de provocar tantas emociones como el propio corazón permite.

R: Lo cierto es que, leyendo a Estela, me sorprende recordar que hubo un tiempo en el que compárabamos a Natasha Khan con Björk. No hay ni rastro del exceso espástico de la islandesa en Two Suns: más bien todos los ingredientes se miden con la sincronía de un balanza. Y es que la dualidad con la que se anuncia el disco tiene mucho que ver con la imagen de la balanza: algo bello y en perpetuo movimiento pero que, para estar en equilibiro, ha de estar sujeta a un juego de tensiones pluscuamperfecto. Así funcionan los arreglos de Two Suns: pueden haber coros gospel y chin-chines a lo Spiritualized, pero Khan huye de (sonidos) absolutos recurriendo a percusiones en las que puedes escuchar la piel del tambor, a zumbidos electrónicos que aterrizan en las canciones como escarabajos eléctricos, a pianos desnudos como esqueletos de dinosaurios abandonados en el desierto... Y, por encima de todo, esa voz que funciona como cola de impacto, aglutinando todos los elementos aparentemente heterogéneos. Por cierto, he intentado contenerme durante toda la reseña, pero dejad que me flipe: Pearl's Dream, ¿canción del año?

martes, 24 de febrero de 2009

dignidad4girls. Tinted Windows


R: Si hay algo que llevan mal las antiguas estrellas del panorama "alternativo" noventero (pongo "alternativo" entre comillas porque es una palabra absurda de la que a music4girls nos gusta reirnos: se utilizaba en el pleistoceno para denominar a bandas tipo Blink182 y Offspring, cuando de alternativas tenían lo que yo de fontanero) es que nadie les haga ni puto caso. Pero eso es lo que sucede, provocando trastornos psicológicos diversos como el de Frank Black o el de Leticia Sabater. Uno de los trastornos más habituales es el "comeback". Es decir: "quevuelvoquevuelvomiradmetodosquevuelvomiradme". Y el último exponente no es el de una de las estrellas de los noventa, sino de cuatro que han decidido establecerse en un supergrupo que han bautizado Tinted Windows pero para el que deberían haber considerado otro nombre: Random. Porque la selección de los integrantes es como pulsar el random en tu iPod. A saber: James Iha (de Smashin Pumpkins: por la foto veréis que se ha teñido de rubio él mismo y que tiene que hacerse las fotos con el móvil porque no tiene dinero para un fotógrafo), Bun E. Carlos (de Cheap Trick), Adam Schlesinger (de Fountains of Wayne) y... aquí viene lo bueno... preparáos... ¡Taylor Hanson! ¡De Hanson! ¡Sí! ¡Los hermanos aquellos con melenas que cantaban uuhhmmm-bap-da-ba-da-uhhhmm-bap! ¡Horror! El anuncio de la formación de la banda se publicó en el Billboard y el resto de la prensa creyó que era una broma (mortífera). Pero no: tienen myspace e incluso ya han grabado el disco de debut, previsto para abril. ¡Dignidá, Iha (y compañía), dignidá!

lunes, 23 de febrero de 2009

versus4girls. Lily Allen - It's not me, it's you


¿Por qué le gusta a Estela?
1.
Porque Lily ha sabido renovarse y resurgir de la propias cenizas de sus cigarros y de las potadas de sus últimas parties. Para presentar este disco se ha hecho un cambio de look total. Ni rastro de melena de Jenni de extrarradio ni de sus pintas de protagonizar la nueva entrega de El aparcamiento de Callejeros. Lavada de imagen total y efectiva con un disco más dancero que su anterior trabajo, menos fresco pero muchísimo más directo.

2.
En el disco la buena de Lily carga contra todo y contra todos los que le han hecho la vida imposible durante los ultimos dos años. Se ríe de la hipocresía del celebrity star system y se mea en la cara de todos los que la criticaron por niñata y cretina. Sus letras son concisas, claras (creo que debe de ser la única british a la que entiendo sin problemas) y las temáticas hilarantes y divertidas: Fuck you y Not Fair son un claro ejemplo.

3.
Y luego está Back to the start que es el temazo indiscutible del disco, como si la muchacha hubiera aprendido algunas cosillas básicas sobre cómo levanar culos de sillas de su relación con el Chemical Brother aquél con el que estuvo, de cuyo nombre no puedo acordarme.

¿Por qué no le gusta (tanto) a Raül?

1.
Porque me flipa Go back to the start. Es un trallazo a là Kylie que no sólo mira del Fever hacia atrás, sino que se atreve con texturas electrónicas fascinantes, actuales, bailables y sudorosas. Pero es que, precisamente en comparación con este corte, el resto del álbum palidece y se queda chiquitito, chiquitito. Anodino. Hay veces que es mejor esperar, Lily, y que al menos la mitad de las canciones sean tan brutales como este Go back to the start.

2.
Porque ya no me trago el rollo de que lo que molan son las letras. Que sí, que molan. Pero llevamos dos discos en los que el interés musical está bajo mínimos: Not fair o Never gonna happen serás todo lo irónicas que quieras, pero es que la melodía de sus estribillos es de vergüenza ajena. Y los supuestos singles, como el primer The Fear, son apáticos (y ñoños) cuando pretenden ser elegantes (y ensoñados).

3.
Porque el punto fuerte de Lily Allen es su directo: verla en su apoteosis borracha y hooligan siempre es una delicia. Allá da igual la música... pero en un álbum, no. Un disco tiene que sostenerse por sí solo. Y, a no ser que cambie la dirección musical de esta niña, creo que al final puede quedarse en una broma. Divertida, pero con fecha de caducidad. Esperemos que siga la senda de Go back to the start.

sábado, 21 de febrero de 2009

discos4girls. Beirut - March of the Zapotec & Realpeople: Holland


R: Hay algo que, de entrada, siempre me sorprende en Beirut. Da igual a qué escena recurra de partida: puede intentar recoger con las manos el agua escurridiza de los Balcanes (en un debut tan sorprendente como Gulag Orkestar), puede esconderse debajo de los paraguas afrancesados de los musicales de Jacques Demi (en el delicioso The Flying Club Cup) o, como es el caso de este último EP, puede enredarse en la complicada maraña de la música funeraria mexicana... pero siempre, siempre, hay algo por debajo de la música de Zach Condon que la identifica cone el sello de Beirut. ¿Su particular interpretación vocal? ¿Su "toque" artístico? ¿O, más bien, que por muy alejados que sean los lugares de los que procede esta música tradicional, siempre apelan a algo común, primigenio en el ser humano? Es lo que tienen las manifestaciones culturales ancestrales. Inconsciente colectivo, que lo llamaría Jung. Sea como sea, March of the Zapotec es un toma de contacto en miniatura con el sentir desesperado y de melancolía tabernaria de una parte de la ciudad de México, incluyendo dos composiciones tan arrebatadoras como La Llorona, la instrumental My Wife (la más mexicana del lote) y The Shrew. El EP viene acompañado de un segundo CD de nombre Realpeople: Holland. Es necesario puntualizar que Realpeople era el nombre que utilizaba Condon antes de establecerse como Beirut, lo que significa que el segundo EP recoge nuevos trabajos que nada tienen que ver con trompetas y bandas fúnebres, sino con una indietrónica ochentera , divertida y extrañamente cercana al proyecto de uno de los amigos de Condon: Alaska In Winter (de hecho, ambos ya colaboraban antes de que Beirut se hiciera famoso). Cinco canciones en las que la melancolía vocal habitual del artista se da la mano con el sentir rítmico de uno The Postal Service menos espídicos. Pese a que son composiciones divertidas y deliveradamente horteras, la cosa no pasa de un "extra" a sumar a la hora de considerar la compra del excelente March of the Zapotec. Pero, en tiempos como el actual, cuando un grupo de mierda es capaz de cobrarte 15 euros por un EP de tres canciones, ¡bienvenida sea la intención!