R: Que conste desde un buen principio que en music4girls nos pensamos incluso los títulos de los posts. En este caso, he elegido el título sabiendo que lo primero que va a hacer mi compañera es decir que los niños ya están muy creciditos para hacer de adolescentes (lo ha comentado al salir de todas y cada una de las películas de Harry Potter... ¡puede que incluso después de ver la primera!) y que esto ya parece Al Salir de Clase (con comparación Hermione - Raquel Meroño incluída). Sea como sea, pongamos las cartas sobre la mesa: a mi me ha gustado Harry Potter de toda la vida. Bueno, de toda la vida, tampoco: cuando era pequeño no, porque no existía y en vez de Harry Potter teníamos a Teo, que no hacía magia pero también molaba. Así que al ponerme delante de las películas del niño mago soy de aquellos cabrones que dicen cosas como "es horrible, se han dejado una de la escenas más importantes del libro: el momento en el que Ron se toca la mejilla sutilmente después de hablar con Draco" y cosas por el estilo. Aunque, dentro de lo que cabe, suelo ser benevolente: no se puede ser de otra forma cuando eres consciente de que el material de partida no es de esos libros "difíciles de adaptar". En la saga literaria todo es terriblemente visual, y eso que J.K. Rowlings nunca me ha parecido una buena escritora: más bien es una buena creadora de universos que ha conseguido encandilarnos a todos con un mundo original (o no, depende de quién opine), bello y sorprendente. Un mundo con más claroscuros de los que pueden parecer a primera vista. Ahora, digo yo, es hora de empezar a hablar de Harry Potter y La Órden del Fénix...
E: Lo primero que pensé practicamente al empezar la película fue: joder, qué chungo lo tiene el dire porque los primeros planos del Radcliffe son durísimos. Por no tener, ya no tiene ni acné. Y pretender que un chavalote con determinadas partes de su cuerpo bien ennegrecidas, que diría mi madre, tiene diecisiete recien cumpliditos debe de ser muy difícil para cualquier director, no digamos para David Yates que...¿alguien sabe quién es? (Tenía que decir todo esto, lo siento).
Yo me enfrento a la saga como simple espectadora, sólo he leído el primer libro y a estas alturas ya me da pereza. Así que me trago las películas tal cual. Y con la tontería ya las he visto todas en el cine, que ya es decir. Y es cierto que ...y la Orden del Fénix es la que más me ha gustado con diferencia. Quizá porque Ron y Hermione hablan más bien poquito y porque NO cometí el error de verla doblada. También porque la ambientación me sobrecogió desde el principio y porque la batalla final con la lucha de varitas hizo que disfrutara como una enana. Casi casi hizo que olvidara algunos fallos argumentales que se repiten en todas las entregas de la saga (el rollo "Hola, soy Harry Potter y todo el mundo sabe lo que está pasando menos yo y encima nadie me cuenta nada hasta los cinco últimos minutos de película, vayamierdaamigosquetengo"). En cualquier caso esta película tiene muchos detalles que la convierten en un entretenimiento de verano estupendo y que hace que no lamentes haber pagado la entrada: la mencionada ambientación, un ritmo bastante compensado, detalles muy graciosos, Snape y Loona de la que me enamoré al instante.
R: Cierto es que sorprende el hecho de que otorgaran a Yates la dirección de una película como ésta sin tener una experiencia previa. Aun así, a tenor de lo visto, esa falta de bagaje ha acabado por ser positiva para el film: no está continuamente pendiente de conferir al celuloide una pátina "artie" como Alfonso Cuarón (pese a que, hasta ahora, la de Cuarón era mi peli favorita) ni pretende dejar huella en el campo de la realización. No hay que olvidar que las películas de Harry Potter son un ejercicio de producción más que de realización: es la producción la que está consiguiendo que todos los films tengan un alma homogénea. Y David Yates lo sabe. Será por eso que ya han anunciado que volverá a estar en tareas de dirección en Harry Potter & The Half-blood prince (que no, que no tiene que ver nada que ver con El Artista Antes Conocido Como Prince por mucho que él y Radcliff tengan el mismo nivel de pluma). Y será por eso que Yates va directo a lo que interesa, sin rodeos ni florituras: los personajes se ubican desde el principio con pinceladas poderosas que nos los traen a la memoria sin circunloquios; los nuevos personajes, pese a algunas cambios discutibles pero efectivos (¡Umbridge!) se presentan con pericia y sin ocupar más espacio del necesario; la acción es vertiginosa e impecable, con ese momento álgido que todos esperábamos (la visita final al Ministerio) plasmada con una espectacularidad que nada tiene que envidiar a la imaginación del lector más soñador; el guión presenta diferentes niveles de lectura que permiten el visionado conociendo previamente los libros o sin conocerlos; y, sobre todo, el mundo de J.K. Rowling se plasma con una fidelidad rica, apasionante y casi interactiva (los diseños de los Thestrals, como ya pasara con los de los Dementors, quedarán en el inconsciente de los lectores para futuras repasadas de los libros). Puede que fuera la película en la que todos pusimos menos esperanzas. Pero, desde ya, es sin duda la mejor película de Harry Potter.
E: (Esto es una postdata...¿Era necesario que Ralph Fiennes salieran sin nariz?¿Es que sólo tienen derecho a disfrutar de esta película los adolescentes?)
R: (No has entendido nada. Intentan que los adultos disfrutemos con la imaginación: si Voldemort no tiene ese pedazo de carne en la nariz... ¿dónde lo tiene? ¿eh?)
E: Lo primero que pensé practicamente al empezar la película fue: joder, qué chungo lo tiene el dire porque los primeros planos del Radcliffe son durísimos. Por no tener, ya no tiene ni acné. Y pretender que un chavalote con determinadas partes de su cuerpo bien ennegrecidas, que diría mi madre, tiene diecisiete recien cumpliditos debe de ser muy difícil para cualquier director, no digamos para David Yates que...¿alguien sabe quién es? (Tenía que decir todo esto, lo siento).
Yo me enfrento a la saga como simple espectadora, sólo he leído el primer libro y a estas alturas ya me da pereza. Así que me trago las películas tal cual. Y con la tontería ya las he visto todas en el cine, que ya es decir. Y es cierto que ...y la Orden del Fénix es la que más me ha gustado con diferencia. Quizá porque Ron y Hermione hablan más bien poquito y porque NO cometí el error de verla doblada. También porque la ambientación me sobrecogió desde el principio y porque la batalla final con la lucha de varitas hizo que disfrutara como una enana. Casi casi hizo que olvidara algunos fallos argumentales que se repiten en todas las entregas de la saga (el rollo "Hola, soy Harry Potter y todo el mundo sabe lo que está pasando menos yo y encima nadie me cuenta nada hasta los cinco últimos minutos de película, vayamierdaamigosquetengo"). En cualquier caso esta película tiene muchos detalles que la convierten en un entretenimiento de verano estupendo y que hace que no lamentes haber pagado la entrada: la mencionada ambientación, un ritmo bastante compensado, detalles muy graciosos, Snape y Loona de la que me enamoré al instante.
R: Cierto es que sorprende el hecho de que otorgaran a Yates la dirección de una película como ésta sin tener una experiencia previa. Aun así, a tenor de lo visto, esa falta de bagaje ha acabado por ser positiva para el film: no está continuamente pendiente de conferir al celuloide una pátina "artie" como Alfonso Cuarón (pese a que, hasta ahora, la de Cuarón era mi peli favorita) ni pretende dejar huella en el campo de la realización. No hay que olvidar que las películas de Harry Potter son un ejercicio de producción más que de realización: es la producción la que está consiguiendo que todos los films tengan un alma homogénea. Y David Yates lo sabe. Será por eso que ya han anunciado que volverá a estar en tareas de dirección en Harry Potter & The Half-blood prince (que no, que no tiene que ver nada que ver con El Artista Antes Conocido Como Prince por mucho que él y Radcliff tengan el mismo nivel de pluma). Y será por eso que Yates va directo a lo que interesa, sin rodeos ni florituras: los personajes se ubican desde el principio con pinceladas poderosas que nos los traen a la memoria sin circunloquios; los nuevos personajes, pese a algunas cambios discutibles pero efectivos (¡Umbridge!) se presentan con pericia y sin ocupar más espacio del necesario; la acción es vertiginosa e impecable, con ese momento álgido que todos esperábamos (la visita final al Ministerio) plasmada con una espectacularidad que nada tiene que envidiar a la imaginación del lector más soñador; el guión presenta diferentes niveles de lectura que permiten el visionado conociendo previamente los libros o sin conocerlos; y, sobre todo, el mundo de J.K. Rowling se plasma con una fidelidad rica, apasionante y casi interactiva (los diseños de los Thestrals, como ya pasara con los de los Dementors, quedarán en el inconsciente de los lectores para futuras repasadas de los libros). Puede que fuera la película en la que todos pusimos menos esperanzas. Pero, desde ya, es sin duda la mejor película de Harry Potter.
E: (Esto es una postdata...¿Era necesario que Ralph Fiennes salieran sin nariz?¿Es que sólo tienen derecho a disfrutar de esta película los adolescentes?)
R: (No has entendido nada. Intentan que los adultos disfrutemos con la imaginación: si Voldemort no tiene ese pedazo de carne en la nariz... ¿dónde lo tiene? ¿eh?)
1 comentario:
Sin palabras, claro primero debo decirte que mejores tu ortografía, es terriblemente pésima si tratas de "hacerla de critico"; y mejor, pinche webon ponte a trabajar y deja de perder el tiempo en blogs que nadie se detiene a ver; causas pena y no podría imaginar la persona que caiga en tus palabras, porque tu capacidad de análisis es lamentable.
PD. NO SE COMO DIABLOS VINE A PARAR AQUÍ.
Publicar un comentario