martes, 4 de diciembre de 2007

Retrospectiva: Britney Spears (II). AUGE

La Brinni says: "Por favor, gente de music4girls... poned una imagen en la que salga bien,
que después de las de la primera parte de la retrospectiva necesito ganar credibilidad"


R: Con Blackout totalmente filtrado en la red, es hora de que nos pongamos las pilas y sigamos con nuestra retrospectiva de La Brinni, que está más colgada que un final de temporada de Lost. Subtítulo para esta segunda parte: APOGEO. Porque sí, señoras y señores, La Brinni tuvo su apogeo. Algunos mantendrán que, de hecho, está en su apogeo ahora mismo. Pero no nos engañemos. Todos hemos visto el chichi de nuestra princesa del pop, e incluso los videos de ella en los que está más borracha que David Hasselhoff en sus días de buenas intenciones. Y eso formará parte de nuestra tercera parte (CAÍDA), pero todo se andará. Ahora centrémonos en aquellos maravillosos años en los que La Brinni aún podía permitirse el lujo de mantener su idílica historia de "con telarañas en el potorro hasta la noche de bodas". Eso sí, ¿alguien se lo creía después de aquel videoclip que iniciaría su auge, Oops, I did it again, con aquel traje de cuero rojo que le hubiera marcado hasta las arrugas de la entrepierna si no fuera porque tenía menos de 20 años (y a esa edad, excepto casos de libro Guiness, no se tienen arrugas ahí, digo yo)? Es más, ¿existía aún algún despistado en los tiempos de Slave 4 u, inicio del fin de su apogeo, cuando gemía como una perra, cubierta de sudor, entre una marabunta de maromos semi-desnudos? Pues eso. Que el auge de La Brinni es un auge de ambiguedad. Pero por eso nos gusta, ¿no?

E: Ciertamente, porque la princesa del pop por aquel entonces era como la gata Flora, que si se la metes grita y si se la sacas llora, muy en la línea de sus primeros años pero un poco menos. Aún se paseaba por las televisiones diciendo que llegaría virgen al matrimonio (¿alguien se lo pudo creer cuando empezó a salir con Justin alias picha-andante Timberlake?) y se enorgullecía de una actitud toda retrogradismo y conservadurismo americano pro-Bush (mítica es su aparición en un documental de Michael Moore (ese genio del maniqueismo y el discurso cansino) mascando chicle y diciendo que Bush molaba mucho). Pero para qué lo vamos a negar. Britney molaba. Estaba buena. Bailaba bien y aunque los discos siempre han sido a base de relleno, tiene singles como castillos. De esta época es la que para mí es su mejor canción, Stronger. Y aunque la ambigüedad de los inicios tenía su gracia Britney empezó a molar de verdad cuando admitió (para sí misma y para el mundo) que era un poco guarrilla. Así parió Britney (2001), su tercer disco con perlas como Overprotected y I´m a slave for U, y aunque todavía cantaba cosas como I´m not a girl not yet a woman, el vídeo de la versión de I love rock&roll no dejaba lugar a dudas. Había nacido el mito (aunque todavía usaba bragas de forma regular).
Brit contaba veinte años. Setecientas cuarenta y seis mil copias vendidas en una semana no es poca cosa. Por lo visto es la octava artista femenina con más ventas en la historia de la música americana (me imagino la lista, Barbra Streissand, Madonna, Paris Hilton...). Si eso no es para volverse tonto que baje Dios y lo diga. Y Brit, que nunca ha tenido pinta de tener muchas luces se dejó llevar por la vorágine de los acontecimientos y cayó en una espiral de decadencia que el público percibió tarde. La peluca que llevaba en Toxic debía ser una advertencia. En 2003 sale In the zone. Cero ambigüedad. Britney es very popular y lejos queda aquella imagen cándida de niña crecidita pero a la que todavía no le había venido la regla. La muchacha va de sex symbol y puede, se morrea con Madonna y hace las típicas cosas para llamar la atención de los media, como la guarrilla de tu instituto que no soportabas porque veías a quilómetros que era mema pero en rubio.
Tres discos en tres años. Un porrón de discos de oro y platino y todo un planeta rendido a sus pies. Y entonces llegó Kevin.

R: Como el "Y entonces llegó Kevin" sería el perfecto punto y final de esta segunda parte de la retrospectiva, me limito a arrojar un poco de luz sobre algunos aspectos primordiales en el auge de La Brinni. El primero: la Señora Spears. Es decir: la madre de aquella bomba a punto de explotar que, además, recibía perlas de sus hijas tal y como la ya mencionada Overprotected ("you're gonna have to see through my perspective / I need to make mistakes just to learn who I am / and I don't wanna be so damn protected"). Por aquel entonces, La Brinni tenía claro que su madre era el único ancla que le frenaba en su ascenso meteórico hacia la vida de puterío y desfase a-lo-Paris-Hilton que tanto se apetece a determinadas edades. Por si acaso, para guardar las apariencias y, muy seguramente, aún guiada por el puño de hierro de su madre, accedió a protagonizar una película que vendría a ocupar un lugar privilegiado en las estanterías de los videoclubs: justo entre El Guardaespaldas y Glitter (sí, sí, la peli de La Maraya). Crossroads tenía todas las papeletas para ser un bodrio infumable. Y, como no la hemos visto, no vamos a opinar. Eso sí, lo que está claro es que, tras el fracaso de su paso por la meca del cine, La Brinni decidió que le picaba el chichi. Y que no se lo rascaba ni su madre ni Hollywood. A partir de entonces, y por tiempo limitado, se lo iba a rascar El Kevin.


Productor: "A ver, Brinni. Vamos a hacerte una peli. Lo vamos a basar en el rollo de
"El bueno, el feo y el malo". Mira la foto: seréis la tonta, la más tonta......... y la negra.
Brinni: "¿La negra?"
Productor: "Sí, mujer... para pillar público afroamericano, que es el que hizo grande a
"El guardaspaldas". ¿Que no?"


E: (Esto es una postdata: Creo que no hará mucha falta ver Crossroads para saber que es un bodrio infumable. Pero con la mano en el corazón creo que deberíamos verla con media docena de cervezas para homenajear esta estupenda retrospectiva que nos está quedando, y porque...qué coño! nuestra Brinni merece el esfuerzo!)

R: (Yo pongo la casa, porque dudo que cierta persona acceda a que la veamos en tu casa (y le entiendo)... y tú pones las birras. ¿¡Cuándo!?)

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