viernes, 5 de septiembre de 2008

discos4girls. Glasvegas - Glasvegas


E: Si una cosa ha quedado clara sobre nosotros a lo largo de este año de andadura con el blog es que music4girls cuando se flipa con algo, se FLIPA. Así, en mayúsculas. Es lo que tiene ser así de visceral, no podemos evitarlo. Somos como las Escarlatas O´Hara de la crítica musical.
Hace meses que hablamos de la demo de Glasvegas, el grupo de Glasgow que recuperaba el sonido de Phil Spector adornándolo con trazos shoegaze. Nos encantaron sus pintas de Elvis revisitado y sobretodo nos alucinaron sus canciones.
Hoy hemos conseguido su homónimo LP de debut. Es la primera vez que lo escuchamos y estamos Raül y yo alucinándolo mucho, así que no esperéis una crítica sesuda y racional. Lo que viene más abajo es una crítica desde las entrañas de music4girls.


1R: Flowers & Football Tops. O "cómo abrir un disco propinando un contundente puñetazo en la boca del estómago de quien escucha". Al principio pensarás que es igual que en las demos. Craso error. Glasvegas consiguen sonar nítidos sin renunciar a su vertiente shoegaze. No sé cómo, pero lo consiguen. Y además, cuando crees que esto va a ser como en las demos, te endilgan un outro final sangrante. De lagrimita.

2E: Geraldine. El primer single del album es otro de los temas que ya pudimos tantear como demo pero totalmente deconstruido y perfeccionado. Una balada poco al uso donde de nuevo percibimos la distorsión de guitarras de fondo con coros añadidos. Un canto de esperanza con intento de suicido incluido. Visto así puede sonar un poco manido, pero es lo que diferencia a Glasvegas de otros grupos puramente emocionales: su sonido (el tema del sonido va a ser recurrente en este post), sus distorsiones y sus coros. Como si Elvis levantara cabeza mañana y hablara de trabajadores sociales.

3R: It's my own cheating heart that makes me cry. Nunca podré hablar de esta canción de forma objetiva. Es mi canción del 2008 (¿no lo he dejado suficientemente claro cada vez que hablo de Glasvegas?). De nuevo, comparación con las demos: más nitidez, impacto emocional igual. O mayor, si cabe. No me lo tengáis en cuenta: soy incapaz de escucharla sin cantarla como una niñata de quince años. Pero entre gallo y gallo soy capaz de intuir que si las Ronettes siguieran vivas, tendrían festival de lefa cada vez que escucharan esta canción.

4E: Lonesome swan. La primera de las canciones nuevas del disco. Arrebatadora. Tremenda. Limpia. Perfecta. Lo que menos me gustó al principio de este grupo es lo que ahora me arrebata: que sean tan sumamente llorones. Si además en sus canciones ponen títulos como "Cisne solitario" (¿se puede ser más gráfico?) con esa cadencia en las sílabas, el resultado es perfecto. En esta no hay tanto ruidismo como en otras, es mucho más melódica (el in crescendo final es de absoluta piel de gallina) y tiene total potencialidad de single.

5R: Go square go. Bueno, se ve que me ha tocado a mí comentar todas las antiguas... Y en este caso, al principio me da por pensar que la percusión ha perdido fuerza. Pero justo cuando lo pienso, esa batería imponente que tiene Glasvegas se lanza al abordaje y se pone a golpearte el cerebro con sus baquetas. Tremendo es poco. Esta canción sigue siendo un trallazo conciso y desarmante. Supongo que Estela y yo nos pelearemos por pinchar ésta o I'm gonna get stabbed (la demo, porque el Stabbed del disco es "otra cosa"... impactante, cuando menos).

6E: Polmont in my mind. Otra canción nueva y otro acierto. Una de las cosas que más miedo me daban con el larga duración era que el abuso de la distorsión y las capas melódicas pudieran hacer del disco algo lineal y aburrido. Afortunadamente, aparte de incorporar sonidos nuevos a las demos, han incluido temas como este que rompen con la dinámica más barroca. Sigue habiendo épica en los riffs y grandilocuencia por un tubo, pero esta canción es un pequeño remanso de tranquilidad ante el subidón de...

7R: Daddy's gone. Glasvegas son Glasvegas gracias a esta canción. Podría cerrar este comentario diciendo que pese a que suena más transparente, más clara, con ese tipo de iluminación fría pero cálida al mismo tiempo... sigue teniéndolo todo para hacerme llorar. Y así es. La primera vez que me obsesioné con Daddy's gone me puse a buscar de forma demente recopilatorios de doo-wop. Creo que me va a volver a pasar lo mismo.

8E: Stabbed. Una canción de las demos que parece que no pasó el control de calidad fue I´m gonna get stabbed, que a mi particularmente me encantaba porque sonaba mucho más rockabilly que spectoriana. Quizá por esto decidieron sustituirla por esta versión que sigue siendo una nota curiosa dentro del conjunto total del disco. Escuchada por primera vez suena un poco "¿pero qué invento es este?", pero no deja de resultar peculiar y efectiva.

9R: S.A.D. Light. La prueba de que las canciones nuevas están a la altura de las demos. Las guitarras siguen siendo un muro de sonido contundente que suena de lejos, de forma hipnotizante, como un canto de sirena. Y la voz... la voz... ¿qué decir de la voz? Ya sabéis que pese a no llevar maquillaje y tener más prendas de color que negras en mi armario, un pequeño emo vive dentro de mí. Y la capacidad de James Allan para cantar a lo drama-queen sin dejar de ser un macho (un poco como yo.. ehem), me conquista.

10E: Ice cream van. Ya hemos hecho referencia chococientas veces a los claros homenajes a la producción de Phil Spector que hay durante el disco, el evidente estilismo emo-rockabilly que luce la banda y lo mucho que nos atraen sus tupés y su rollo de estudiantes de instituto rockers, como si de unos extras de Grease se tratara. ¿Y qué puede haber más años cincuenta que cerrar un disco plagado de referencias a esa década con una canción dedicada al camión de los helados? Ya no hay ruidismo. Solo calma y mucha melancolía. Para que puedas ir recuperando poco a poco toda la adrenalina que has descargado durante los cuarenta minutos del disco.

No hay comentarios: